Hablar en lenguas es orar o adorar en sílabas no comprensibles por el que habla.
A. PALABRAS DE ORACIÓN O
ALABANZA DIRIGIDAS A DIOS:
Esta
definición indica que hablar en lenguas es fundamentalmente una conversación
dirigida a Dios (esto es, una oración o una alabanza). Por lo tanto es distinto
al don de profecía, que consiste frecuentemente en mensajes de Dios dirigidos a
las personas de la iglesia. Pablo dice: «Porque el que habla en lenguas no
habla a los demás sino a Dios» (1ª Co 14: 2), y si no hay un intérprete
presente en el culto de la iglesia, dice Pablo que alguien que tiene un don de
hablar en lenguas debe guardar «silencio en la iglesia y cada uno hable para sí
mismo y para Dios» (1ª Co 14:28).
¿Qué
tipo de conversación es esta que se dirige a Dios? Pablo dice: «Si yo oro en
lenguas, mi espíritu ora, pero mi entendimiento no se beneficia en nada» (1ª Co
14: 14; vv. 14-17 y v. 28), donde Pablo cataloga el hablar en lenguas como
oración y acción de gracias. Por lo tanto, hablar en lenguas es aparentemente
una oración o alabanza dirigida a Dios, y esta viene del «espíritu» de la
persona que habla.
Esto
no es incongruente con la narración de Hechos 2, pues la multitud dijo: «¡Todos
por igual los oímos por igual proclamar en nuestra propia lengua las maravillas
del reino de Dios!» (Hch 2: 11), una descripción que ciertamente puede indicar
que todos los discípulos glorificaban a Dios y proclamaban sus maravillosas
obras al adorar, y la multitud comenzó a escuchar esto como si ello tuviera
lugar en varios idiomas.
De
hecho, no hay indicios de que los propios discípulos hablaran a la multitud
hasta Hechos 2: 14, cuando Pedro se pone en pie y entonces se dirige
directamente a la multitud, probablemente en griego:2
NOTA: En Hechos 10: 46 las personas en casa de
Camelia comenzaron «a hablar en lenguas y alabar a Dios. Otra vez, eso
significa tanto que el discurso consistía en alabanzas a Dios o que estaba
íntimamente relacionado con esto-gramaticalmente no se puede decir sobre la
base del texto en sí.
B. NO COMPRENDIDAS POR EL QUE
HABLA:
Pablo
dice que «el que habla en lenguas no habla a los demás sino a Dios. En
realidad, nadie le entiende lo que dice, pues habla misterios por el Espíritu»
(1ª Co 14:2). De igual manera, dice que si se habla en lenguas sin
interpretación no se comunica ningún significado: «seré como un extranjero para
el que me habla, y él lo será para mí» (1ª Co 14: 11). Por otro lado, todo el
párrafo de 1ª Corintios 14: 13-19 da por hecho que hablar en lenguas en la
congregación, cuando ello no va acompañado de interpretación, no es
comprensible para aquellos que escuchan:
Por
esta razón, el que habla en lenguas pida en oración el don de interpretar lo
que diga. Porque si yo oro en lenguas, mi espíritu ora, pero mi entendimiento
no se beneficia en nada. ¿Qué debo hacer entonces» Pues orar con el espíritu,
pero también con el entendimiento; cantar con el espíritu, pero también con el
entendimiento.
De
otra manera, si alabas a Dios con el espíritu, ¿cómo puede quien no es
instruido decir «amén a tu acción de gracias, puesto que no entiende lo que
dices?
En ese
caso tu acción de gracias es admirable, pero no edifica al otro. Doy gracias a
Dios
porque hablo en lenguas más que todos ustedes. Sin embargo, en la iglesia
prefiero emplear cinco palabras comprensibles y que sirvan para instruir a los
demás, que diez mil palabras en lenguas.
Ahora
en Pentecostés hablar en lenguas era en idiomas conocidos que los que
escuchaban entendían: «cada uno los escuchaba hablar en su propio idioma» (Hch.
2: 6). Pero de nuevo los oradores no entendieron lo que hablaban, mas lo que
causó asombro fue que los galileos hablaban todos estos diferentes idiomas. Por
lo tanto, parece que a veces hablar en lenguas puede implicar hablar en idiomas
humanos actuales, en ocasiones aun en idiomas que los que escuchan entienden.
Pero
otras veces -y Pablo asume que por lo regular esto será el caso-lo que se habla
será en un idioma que «nadie» entiende (1ª Co 14; 2).
Algunos
han objetado que hablar en lenguas debe siempre consistir en hablar en idiomas
humanos conocidos, pues ello fue lo que sucedió en Pentecostés. Pero el hecho
de que hablar en lenguas en idiomas humanos conocidos ocurrió una vez en la
Escritura no requiere que esto ocurra siempre en idiomas conocidos,
especialmente cuando otra descripción de hablar en lenguas (1ª Co 14) indica
exactamente lo opuesto.
Pablo
no dice que los visitantes extranjeros en Corinto entenderían al que habla,
sino dice que si alguien habla en lenguas «nadie» entendería, y el no instruido
no sabrá lo que la persona dice (1ª Co 14;2, 16): De hecho, Pablo dice
explícitamente de que en la conducción ordinaria de la vida de la iglesia
ocurrirá algo muy distinto al fenómeno de Pentecostés.
«Si
todos hablan en lenguas y entran algunos que no entienden o no creen, lejos de
entender el mensaje, estos dirán que «Ustedes están locos» (1ª Ca 14: 23).
Por
otra parte, debemos damos cuenta que 1 Corintios 14 es una instrucción general
de Pablo basada en una amplia experiencia del hablar en lenguas en muchas
iglesias diferentes, en tanto que Hechos 2 simplemente describe un
acontecimiento único en un momento decisivo en la historia de la redención (Hch
2 es una narración histórica mientras 1ª Co 14 es una instrucción doctrinal).
Por
consiguiente parecería apropiado tomar 1ª Corintios 14 como el pasaje que
describe más de cerca la experiencia ordinaria de las iglesias del Nuevo
Testamento, y tomar las instrucciones de Pablo ahí como la norma por medio de
la cual Dios intenta que las iglesias regulen el uso de este don.
¿Son
entonces las lenguas idiomas humanos conocidos? A veces este don puede dar
lugar a hablar en un idioma humano que el que habla no ha aprendido, pero
comúnmente parece que implicará el habla en un idioma que nadie entiende, ya
sea este un idioma humano o no.
NOTA: No quiero excluir la posibilidad que el
hablar en lenguas pudo a veces incluir un discurso dirigido a la gente, no a
Dios, pues es muy posible que la declaración de Pablo en 1ª Corintios 14: 2 sea
una generalización no dirigida a aplicarse en todos los casos, y, en ningún
caso, la cuestión principal del versículo es que solo Dios puede comprender las
lenguas no interpretadas, ni que solo a Dios puede dirigirse un discurso en lenguas.
De hecho, puede que lo que tenga lugar en Hechos 2
sea un discurso dirigido a los hombres. Pese a todo, la evidencia que si
tenemos en 1ª Co 14 indica un discurso dirigido a Dios, y parece seguro decir
que ello es general lo que será el hablar en lenguas.
Robertson y Plummer notan que 1ª Co 14:18: «Doy
gracias a Dios porque hablo en lenguas más que todos ustedes», es «una sólida
prueba de que las Lenguas no son idiomas foráneos» (A. Robertson y A. Plumier,
A Crítical and Exegetical Commentary on the First Epistle ofSt. Paul to the Corinthians, ICC [Edinburgh: T. & T. CIark, 1914], p.
314). Si hubiera idiomas foráneos que los extranjeros pudieran comprender,
como en el Pentecostés, ¿por qué Pablo hablaría más
que todos los corintios en privado, donde nadie entendería, en lugar de en la
iglesia donde los visitantes extranjeros podrían entender?
C. ORAR CON EL ESPÍRITU, NO
CON LA MENTE:
Pablo
dice; «Porque si yo oro en lenguas, mi espíritu ora, pero mi entendimiento no
se beneficia en nada. ¿Qué debo hacer entonces? Pues orar con el espíritu, pero
también con el entendimiento, cantar con el espíritu, pero también con el
entendimiento» (1ª Co 14: 14-15).
Pablo
no está diciendo aquí que el Espíritu Santo ora a través nuestro. El contraste
entre «mi espíritu» y «mi entendimiento» en el versículo 14 indica que es de su
propio espíritu del que habla, del lado no material del ser. Al utilizar este
don, su espíritu habla directamente a Dios, aunque su mente no tenga que
formular palabras u oraciones y decidir sobre qué orar.
Pablo
ve este tipo de oración como una actividad que tiene lugar en el ámbito
espiritual, por medio de la cual nuestros espíritus hablan directamente a Dios
pero nuestras mentes de alguna manera se dejan de lado, y no comprende lo que
oramos.
Podríamos
preguntarnos porqué Dios le daría a la iglesia un don que obra en el ámbito
espiritual e invisible y que nuestras mentes no comprenden. Un motivo puede ser
para mantenernos humildes, y ayudar a prevenir el orgullo intelectual.
Otro
motivo puede ser recordarnos que Dios está por encima de nuestra comprensión y
de que él obra en formas que sobrepasan nuestro entendimiento. Por último, es
una característica de que mucho de lo que Dios hace en la era del nuevo pacto
se hace en el ámbito espiritual e invisible: la regeneración, la oración
genuina, adorar «en espíritu y en verdad», las bendiciones espirituales que
vienen a través de la Cena del Señor, la guerra espiritual, poner nuestros
tesoros en el cielo, poner nuestras mentes en las cosas de arriba, donde está
Cristo son-todos estos elementos de la vida cristiana y muchos más implican
actividades que ocurren en el ámbito espiritual e invisible, actividades que no
vemos o comprendemos completamente.
A la
luz de esto, hablar en lenguas es simplemente otra actividad que ocurre en el
ámbito espiritual e invisible, una actividad que creemos efectiva porque la
Escritura nos dice que lo es, no porque la podemos comprender con nuestras
mentes (1ª Co 14:5).
NOTA: Note que en Pentecostés este hablar en
lenguas tenía otra característica que no formó parte de ningún hablar en
lenguas posterior: hubo lenguas de fuego que aparecieron sobre las cabezas de
aquellos que hablaban (Hch 2: 3). Pero esto no es un paradigma para rodas las
experiencias posteriores del hablar en lenguas, ni aun para las que se
encuentran después en Hechos.
Pablo sí dice que: "Si hablo en lenguas
humanas y angélicas» (1ª Co 13: 1), sugiriendo que ve la posibilidad que hablar
en lenguas puede incluir más que un discurso meramente humano. Es dificil decir
si piensa que esto es una posibilidad hipotética o una real, pero ciertamente
no podemos excluir la idea de que idiomas angélicos estuvieran incluidos
también en estas palabras.
Algunos han objetado que como glossa donde quiera
en griego (fuera del Nuevo Testamento) se refiere a idiomas humanos conocidos,
ello debe referirse también a idiomas conocidos en el Nuevo Testamento. Pero
esta objeción no es convincente, pues no había ninguna otra palabra en griego
que viniera mejor para aludir a este fenómeno, aun si supone hablar a Dios en
idiomas que no eran idiomas humanos o idiomas de algún tipo no completamente
desarrollados, siempre que el discurso trasmitiera algún contenido o
información.
No argumento aquí que el hablar en lenguas de
Hechos 2 fuera un fenómeno diferente al hablar en lenguas que Pablo discute en
1 Corintios 14. Simplemente digo que la frase "hablar en lenguas» en
Hechos 2 y 1 Corintios 14 se refieren a un hablar en silabas no comprendido por
quien habla pero comprendido por Dios, a quien se dirige este discurso.
En Hechos 2 esto tuvo lugar como un discurso en
idiomas humanos conocidos que no habían sido aprendidos por quienes hablaban,
mientras que en 1ª Corintios 14 el discurso puede haber consistido en idiomas
humanos desconocidos, o en lenguas angélicas, o en un tipo de lenguaje más
especializado dado por el Espíritu Santo a los distintos oradores
individualmente. La expresión es lo suficientemente amplia como para incluir
una amplia variedad de fenómenos.
La frase "orando en el Espíritu Santo» de
Judas 20 no es la misma expresión, ya que se designa específicamente al
Espíritu Santo Judas dice simplemente que los cristianos deben orar en
conformidad con el carácter y la dirección del Espíritu Santo, y esto puede
ciertamente incluir orar en lenguas, pero puede incluir también cualquier otro
tipo de oración en un idioma comprensible. Asimismo: "Oren en el Espíritu
en todo momento, con peticiones y ruegos» (Ef6:18) es específicamente una
declaración que pretende abarcar toda oración hecha en todo momento.
Se refiere a orar en conformidad con el carácter
del Espíritu Santo y de forma sensible a la dirección del Espíritu Santo, pero
no se debe reducir al hablar en lenguas. De nuevo, esto puede incluir hablar en
lenguas, pero debe incluir también otros tipos de oraciones (Vea la discusión
de actividades llevadas a cabo "en el Espíritu Santo" en la doctrina
del espíritu santo)
D. NO EN ÉXTASIS SINO CON
DOMINIO PROPIO:
La
Nueva Biblia Inglesa traduce la frase «hablar en lenguas» como «hablar en éxtasis»,
dando con esto un respaldo adicional a la idea de que aquellos que hablan en
lenguas pierden la conciencia de lo que los rodea o pierden el dominio propio o
se ven forzados a hablar contra su voluntad.
Por
otra parte, algunos elementos extremistas del movimiento pentecostal han
permitido una conducta frenética y desordenada en los cultos de adoración, y
esto ha perpetuado, en la mente de algunos, la noción de que hablar en lenguas
es un tipo de hablar en éxtasis.
Pero
esta no es la imagen que se ofrece en el Nuevo Testamento. Aun cuando el
Espíritu Santo vino como un poder abrumador en Pentecostés, los discípulos
fueron capaces de dejar de hablar en lenguas de manera que Pedro pudiera
pronunciar su sermón ante la multitud reunida. Más explícitamente, Pablo dice:
Si se
habla en lenguas, que hablen dos-o cuando más tres-, cada uno por tumo; y que
alguien interprete. Si no hay intérprete, que guarden silencio en la iglesia y
cada uno hable para sí mismo y para Dios. (1ª Co 14: 27-28).
Aquí
Pablo pide que aquellos que hablan en lenguas lo hagan por turno, y limita el
número a tres, indicando claramente que aquellos que hablan en lenguas estaban
conscientes de lo que ocurría a su alrededor, y eran capaces de controlarse a
sí mismos, de manera que hablaran solo cuando les tocara su turno, y cuando no
estuviera hablando algún otro. Si no había alguien que interpretara, fácilmente
podían mantener silencio y no hablar.
Todos
estos factores indican un alto grado de auto control y no respaldan la idea de
que Pablo consideró las lenguas como algún tipo de hablar en estado de éxtasis.
E. LENGUAS SIN
INTERPRETACIÓN:
Si no
estuviera presente en la asamblea alguien que se supiera posee el don de
interpretación, el pasaje que acaba de citarse indica que se debe hablar en
lenguas en privado. No debe darse en el culto de la iglesia ningún hablar en
lenguas sin interpretación:
Pablo
habla de orar en lenguas y cantar en lenguas cuando dice: «Debo orar con el
espíritu, pero también con el entendimiento; cantar con el espíritu, pero
también con el entendimiento» (1ª Ca: 14: 15). Esto ofrece una confirmación
adicional a la definición dada arriba en la que vimos las lenguas como algo
dirigido fundamentalmente a Dios en la oración y la alabanza.
Esto
también da legitimidad a la práctica de cantar en lenguas, ya sea en público o
en privado. Pero las mismas normas se aplican al cantar como al hablar: si no
hay intérprete, solo debe hacerse en privado."
En 1
Corintios 14:20-25 Pablo dice que si los creyentes hablan en lenguas en la
iglesia sin interpretación, actuarían y pensarían «como niños» (1ª Co 14: 20).
Primero cita una profecía de juicio tomada de Isaías 28: 11-12: «En la ley está
escrito: «Por medio de gente de lengua extraña y por boca de extranjeros hablaré
a este pueblo, pero ni aun así me escucharán», dice el Señor». (1ª Co 14: 21).
En el
contexto de Isaías 28, Dios advierte al pueblo rebelde de Israel que las
próximas palabras que escuchen de él serían palabras de extranjeros que no
podrían entender-el ejército asirio vendría sobre ellos como agente del juicio
de Dios.
Ahora
Pablo está a punto de postular esto como un principio general-cuando Dios habla
al pueblo en un lenguaje que no pueden entender, ello es una señal harto
evidente del juicio de Dios.
Pablo
aplica correctamente eso a la situación del hablar en lenguas sin
interpretación en el culto de la iglesia. Lo llama una señal (esto es, una
señal de juicio) sobre los creyentes:
De
modo que el hablar en lenguas es una señal, no para los creyentes sino para los
incrédulos, en cambio, la profecía no es señal para los incrédulos sino para
los creyentes. Así que, si toda la iglesia se reúne y todos hablan en lenguas,
y entran algunos que no entienden o no creen, ¿no dirán que ustedes están
locos? (1ª Co 14: 22-23)
Aquí
Pablo utiliza la palabra «señal» en el sentido de señal de la actitud de Dios
(ya sea positiva o negativa). Las lenguas que no entienden los extraños son
ciertamente una señal negativa-una señal de juicio. Por lo tanto, Pablo
advierte a los corintios que no den esa señal a los extraños que entran. Les
dice que si un extraño viene y escucha solo un hablar ininteligible,
ciertamente no será salvado sino concluirá que los corintios están locos, y las
lenguas no interpretadas funcionarán en este caso como una señal del juicio de
Dios.
Por
contraste, Pablo dice que la profecía es también una señal de la actitud de
Dios, pero aquí es una señal positiva de la bendición de Dios. Por esto puede
decir que la profecía es una señal «para los creyentes» (v. 22). Y es por ello
que concluye su sección diciendo: «Pero si uno que no cree o uno que no
entiende entra cuando todos están profetizando, se sentirá reprendido y juzgado
por todos, y los secretos de su corazón quedarán al descubierto. Así que se
postrará ante Dios y lo adorará, exclamando: (¡Realmente Dios está entre
ustedes) (vv. 24-25).
Cuando
esto sucede, los creyentes ciertamente se darán cuenta que Dios está activo
entre ellos para traer bendición, y la profecía normalmente funcionará como una
señal para los creyentes de la actitud positiva de Dios hacia ellos:" No
obstante, can todo lo que Pablo advierte contra el uso de las lenguas sin
interpretación en la iglesia, ciertamente las ve positivamente y alienta su uso
en privado.
Dice:
«El que habla en lenguas se edifica a sí mismo; en cambio, el que profetiza
edifica a la iglesia» (1 Ca 14:4). ¿Cuál es la conclusión? Esta no es (como
argumentarían algunos) que los cristianos deben decidir no utilizar el don o
decidir que este no tiene valor para ellos cuando se usa en privado. En su
lugar dice: «¿Qué debo hacer entonces?
Pues
orar con el espíritu, pero también con el entendimiento» (v. 15). Y dice: «Doy
gracias a Dios porque hablo en lenguas más que todos ustedes» (v. 18), y «Yo
quisiera que todos ustedes hablaran en lenguas, pero mucho más que
profetizaran» (v. 5), y «ambicionen el don de profetizar, y no prohíban que se
hable en lenguas» (v.39).
Si es
correcta nuestra anterior concepción las lenguas como oración o alabanza a
Dios, entonces ciertamente esperaríamos que la edificación fuera el resultado,
aunque la mente de quien habla no comprenda lo que se dice, pero su espíritu
humano se está comunicando directamente con Dios. Justo como la oración y la
adoración en general nos edifican al ponerlas en práctica, así este tipo de
oración y adoración nos edifican también, de acuerdo con Pablo.
NOTA: Es preocupante que, en algunas iglesias de
hoy donde se permite hablar en lenguas, aquellos que no dan un mensaje público
(quizá porque en e! servicio no es e! momento apropiado o quizá porque no saben
si alguien interpretará) a pesar de eso hablarán en lenguas no de forma
«silente» sino que cuatro o cinco personas cercanas pueden oír su hablar en
lenguas.
Esto es simplemente desobediencia a las
instrucciones de Pablo, y es no actuar en amor hacia otros en la iglesia. Pablo
dice que «mantengan silencio en la iglesia" si alguno no da un mensaje
público en lenguas. (Muchos que han hablado hoy en lenguas dicen que esto puede
hacerse fácilmente en un susurro inaudible, de manera que ningún otro escuche,
y las instrucciones de Pablo se obedecerán).
48Sin embargo, muchas iglesias practican hoy lo que
a veces se llama «cantar en el espíritu», muchos de los cuales en la
congregación cantan simultáneamente en lenguas, improvisando individualmente
sus melodías alrededor de un acorde musical dominante. Mientras muchos
asegurarían que hay un bello poder espiritual en tales circunstancias, una vez
más debemos objetar que esto es directamente contrario a las instrucciones de
Pablo en 1ª Co 14: 27-28, donde aquellos que hablan en lenguas deben hacerlo
por tumo, y que debe haber un máximo de tres en un culto de adoración, y la
interpretación debe seguir.
Aunque esta práctica puede sonar hermosa para
quienes están familiarizados con ella, y aunque Dios en su gracia puede a veces
utilizarla como un medio de ganar a un incrédulo, Pablo dice explícitamente que
el resultado probable será que los incrédulos dirán "que ustedes están
locos" (1ª Co 14: 23). Una alternativa a esta práctica, una consistente
con la Escritura y que seguirá la senda de! amor hacia los extraños, sería que
todos cantaran de esta manera, no en lenguas, sino en un lenguaje comprensible
(ya sea inglés o cualquier idioma que comprendan por lo común en el área donde
se reúne la iglesia).
F. LENGUAS CON
INTERPRETACIÓN: EDIFICACIÓN PARA LA IGLESIA:
Pablo
dice: «El que profetiza aventaja al que habla en lenguas, a menos que éste
también interprete, para que la iglesia reciba edificación» (1ª Co 14: 5). Una
vez interpretado, todos pueden entender un mensaje en lenguas. En este caso,
Pablo dice que el mensaje en lenguas es tan valioso para la iglesia como la
profecía.
Debemos
notar que no dice que ambos cumplen las mismas funciones (pues otros pasajes
indican que la profecía es una comunicación de Dios hacia los seres humanos,
mientras las lenguas es por lo general una comunicación de los seres humanos
hacia Dios). Pero Pablo afirma claramente que tienen igual valor en la
edificación de la iglesia. Podríamos definir el don de interpretación como
informar a la iglesia el significado general de algo que se habla en lenguas.
G. NO TODOS HABLAN EN
LENGUAS:
Así
como no todos los cristianos son apóstoles, y no todos los profetas son
maestros, y no todos poseen dones de sanidad, tampoco todos hablan en lenguas.
Pablo alude claramente a esto cuando hace una serie de preguntas, todas las
cuales esperan un «no» como respuesta, e incluye la pregunta: «¿Hablan todos en
lenguas?» (1ª Co 12: 30). La respuesta implícita es no.' o Algunos han
argumentado que aquí Pablo solamente indica que no todos hablan en lenguas públicamente,
pero que quizá habría admitido que todos pueden hablar en lenguas en privado.
Pero esta distinción parece no convincente y ajena al contexto.
Pablo
no especifica que no todos hablan en lenguas públicamente o en la iglesia, sino
simplemente dice que no todos hablan en lenguas. Su pregunta siguiente es:
«¿Acaso interpretan todos?» (v. 30). Sus dos preguntas anteriores fueron:
«¿Hacen todos milagros? ¿Tienen todos dones para sanar enfermos?» (vv. 29-30).
¿Estaríamos
dispuestos a formular los mismos argumentos sobre estos dones-que no todos
interpretan lenguas públicamente, pero que todos los cristianos son capaces de
hacerlo en privado? ¿ü que no todos hacen milagros públicamente, pero que todos
son capaces de hacerlos en privado? Esa distinción parece injustificada según
el contexto en cada caso.
En la
actualidad, el deseo de decir que todo cristiano puede hablar en lenguas (aun
cuando Pablo dice que no todos hablan en lenguas) está probablemente motivado
en la mayoría de los casos por una previa interpretación doctrinal que ve el
bautismo en el Espíritu Santo como una experiencia que sigue a la conversión, y
considera el hablar en lenguas como una señal inicial de haber recibido el
bautismo en el Espíritu Santo."
Pero
hay serios cuestionamientos que se mantienen sobre esta posición doctrinal
(como se explicó en el capítulo 39). Parece mejor considerar que 1ª Corintios
12: 30 quiere decir lo que dice: no todos hablan en lenguas. El don de
lenguas-exactamente como cualquier otro don-no lo da el Espíritu Santo a todo
cristiano que lo busca. Los reparte «a cada uno según él lo determina» (1ª Co
12: 11).
Sin
embargo, no hay nada en la Escritura que diga que solo unos pocos recibirán el
don de hablar en lenguas, y como se trata de un don que Pablo considera que es
útil y edifica en la oración y la adoración (a nivel personal si bien no en la
iglesia), no sería sorprendente si el Espíritu Santo llevó a cabo una amplia
distribución de este don y muchos cristianos de hecho lo recibieron."
H. ¡QUÉ ACERCA DEL PELIGRO DE
UNA FALSIFICACIÓN DEMONÍACA?
A
veces los cristianos han tenido temor de hablar en lenguas, preguntándose si
hablar algo que no comprenden puede llevarlos a hablar blasfemias contra Dios o
a decir algo inspirado por un demonio en vez del Espíritu Santo.
Primero,
debe decirse que esto no preocupa a Pablo, aun en la ciudad de Corinto donde
muchos antes adoraban en un templo pagano, y donde Pablo había dicho claramente
que «cuando ellos hacen sacrificios, lo hacen para los demonios, no para Dios»
(1ª Co 10: 20). Pese a ello, Pablo dice: «Yo quisiera que todos ustedes
hablaran en lenguas» (1ª Co 14: 5). Él no hace advertencia alguna de que deben
cuidarse de una falsificación demoníaca o aun pensar que esto sería una
posibilidad cuando utilizaran este don.
La
razón teológica que subyace a la recomendación de Pablo en este punto es el
hecho que el Espíritu Santo está obrando poderosamente en la vida de los
creyentes. Pablo dice: «Por eso les advierto que nadie que esté hablando por el
Espíritu de Dios puede maldecir a Jesús; ni nadie puede decir: (Jesús es el
Señor) sino el Espíritu Santo (1ª Co 12: 3). Aquí Pablo le asegura a los
corintios que si hablan por el poder del Espíritu Santo que obra dentro de
ellos, no dirán: «¡Maldito sea Jesús!»
Al
presentarse como lo hace el principio de la discusión de los dones
espirituales, 1ª Corintios 12: 3 intentaba funcionar como una confirmación a
los corintios que podrían haber sospechado de algunos cristianos que procedían
de un trasfondo de adoración a los demonios en los templos de Corinto.
¿Podría
esta influencia demoníaca todavía afectar su uso de un don espiritual? Pablo
sienta la norma básica de que aquellos que profesan genuinamente la fe de que
(Jesús es el Señor) lo hacen por el Espíritu Santo que obra en ellos, y que
ninguno que habla por el poder del Espíritu Santo proferirá nunca una blasfemia
o una maldición contra Jesús." Este temor, entonces, no es uno que parecía
preocupar a Pablo. Él simplemente anima a los creyentes a orar en lenguas y
dice que si lo hicieran estarían edificándose a sí mismos.
NOTA: Marcos 16: 17 se usa a veces para reclamar
que todos los cristianos pueden hablar en lenguas: «Estas señales acompañarán a
los que crean: en mi nombre expulsarán demonios; hablarán en nuevas lenguas»,
Pero en respuesta a este versículo debe notarse:
(1) Que el versículo probablemente no formaba parte
originalmente del evangelio de Marcos, ya que muchos manuscritos tempranos y
muy confiables no incluyen Marcos 16: 9-20, y su estatus dudoso significa que
es una base precaria sobre la cual fundar una doctrina.
(2) Que aun cuando no sea parte de la Escritura,
por supuesto da testimonio de una muy temprana tradición en la historia de la
iglesia, pero aun en este caso, no afirma que todos los creyentes hablarán en
lenguas: la frase que sigue inmediatamente dice: «tomarán en sus manos
serpientes» (v. 18), algo que ningún intérprete responsable diría que debe ser
cierto en el caso de todo cristiano; y:
(3) Que en este pasaje no establece ninguna
conexión entre hablar en lenguas y el bautismo en el Espíritu Santo.
54En este punto se puede objetar que hablar en
lenguas no es un discurso facultado por el Espíritu Santo, sino un discurso que
viene del propio espíritu humano del que habla. Pero Pablo claramente considera
todos estos dones espirituales como facultados en general por el Espíritu
Santo, aun aquellos en los que se manifiesta plenamente la personalidad humana.
Esto sería así en el caso de maestros y
administradores, así como de aquellos que hablan en lenguas. En cada uno de
estos casos el agente activo en la realización de la actividad es el cristiano
que tiene el don particular y lo utiliza, pero aún así todos esos son
facultados por el Espíritu en su funcionamiento, y ello sería cierto también
para el don de lenguas.
También relevante en este punto es la seguridad que
Juan da a sus lectores, en el contexto de los espíritus demoniacos esparcidos
por el mundo: «El que está en ustedes es más poderoso que el que está en el
mundo» (1ª Jn 4: 4).
I ¿ESTÁ ROMANOS 8:26-27
RELACIONADO CON EL HABLAR EN LENGUAS?
Pablo
escribe en Romanos 8: 26 27:
Así Mismo, En Nuestra Debilidad El Espíritu Acude A Ayudamos. No Sabemos
Qué Pedir, Pero El Espíritu Mismo Intercede Por Nosotros Con Gemidos Que No
Pueden Expresarse Con Palabras. Y Dios, Que Examina Los Corazones, Sabe Cuál Es
La Intención Del Espíritu, Porque El Espíritu Intercede Por Los Creyentes
Conforme A La Voluntad De Dios.
Pablo
no menciona aquí explícitamente el hablar en lenguas, y la declaración
concierne en general a la vida de todos los cristianos, así que no parece
correcto decir que Pablo se refiere aquí al hablar en lenguas. Se refiere a una
experiencia más general que ocurre en la vida de oración de cada cristiano.
¿Pero
de qué habla exactamente? Algunos han pensado que se refiere a una actividad
intercesora completamente imperceptible para nosotros, en la que el Espíritu
Santo intercede por nosotros con suspiros y gemidos dirigidos al Padre. De
acuerdo con este punto de vista, ese trabajo intercesor del Espíritu sigue
adelante continuamente, pero no tenemos idea de que ello sucede (excepto por el
hecho de que la Escritura nos lo dice). De esa manera, esto sería similar a la
obra intercesora de Cristo mencionada en Romanos 8:34 y Hebreos 7: 25.
NOTA: Algunos populares libros han ofrecido
anécdotas de cristianos que dicen hablaron en lenguas durante un tiempo y
entonces encontraron que había un demonio dentro de ellos que facultaba este
discurso, y el demonio fue expulsado. (Vea, por ejemplo, C. Fred
Dickason, Demon Posession and the Christian [Westchester, III. Crossway, 1987], pp.
126-27; 188-91; 193-97.) Pero esto es justo otro ejemplo de un caso en que la
experiencia debe ser estar sujeta a la Escritura y probada por la Escritura, y
la enseñanza de la Escritura no debe estar sujeta a la experiencia.
Debemos tener cuidado de no dejar que tales
reportes de experiencias nos hagan adoptar una posición diferente sobre este
punto al de la propia Escritura. Específicamente, si 1ª Corintios 12-14 ve las
lenguas como un buen don del Espíritu Santo valioso para edificación y el bien
de la iglesia, y si Pablo dice: «Yo quisiera que todos ustedes hablaran en
lenguas» (1ª Co 14:5) entonces las interpretaciones de experiencias
contemporáneas que, en efecto, dicen: «Quiero que todos ustedes tengan temor de
las lenguas», contradicen el énfasis del Nuevo Testamento. (Note la cita de
Dickason de Kurt Koch: «Buscar este don para nosotros mismos puede ser una
experiencia muy peligrosa» [p. 127].). Esta no es exactamente la perspectiva de
Pablo en el Nuevo Testamento.
Estoy consciente que Dickason sustenta un punto de
vista cesacionista con respecto a hablar en lenguas hoy (vea p. 189: «Le dije
que dudaba hubiera hoy algunas genuinas lenguas de Dios en el sentido del Nuevo
Testamento»). Por lo tanto, desde esta perspectiva, no sujeta la Escritura a la
experiencia, pero ve estas experiencias como que confirman su comprensión de la
Escritura.
Existe la posibilidad de una falsificación
demoniaca de todo don en la vida de los incrédulos (vea Mt 7: 22; también el
capítulo 17, pp. 385-86, sobre los falsos milagros). Por lo tanto, el hecho de
que haya algún tipo de «hablar en lenguas» en las religiones paganas no debe
sorprendemos o llevamos a pensar que todo hablar en lenguas es falso. Pero en la
vida de los creyentes, especialmente cuando hay un fruto positivo en sus vidas
y frutos positivos de sus dones, 1ª Co 12: 3, 1ª Jn 4: 4; y Mr 7: 16-20 nos
dicen que no hay dones falsos sino dones verdaderos de Dios. Debemos recordar
que Satanás y los demonios no hacen el bien; ellos hacen el mal; y no traen
bendiciones, traen destrucción. (Vea también la promesa de Jesús en Lc 11:
11-13.)
(Neil T. Anderson, en The Bondage Breaker [Eugene,
Oreg.: Harvest House, 1990), pp. 159-60, relata la historia de un hombre que
era aparentemente un cristiano y que tenía un falso don de lenguas. Pero
Anderson anota que el don fue conferido al hombre «por falsos maestros» [p.
159) Y que este «don» trajo obvias consecuencias destructivas en la vida del
hombre. Estos factores, y no exactamente las palabras de un demonio como la
única prueba, dieron un claro indicio de la falsa naturaleza de ese supuesto
«don». A diferencia de Dickason, Anderson afirma que él no se opone al hablar
en lenguas; vea p. 160.)
Una explicación alternativa a estas historias
ofrecidas por Dickason es decir que los demonios que dijeron ellos eran
«espíritus de lenguas», y que vinieron cuando algunos carismáticos impusieron
las manos sobre los cristianos en cuestión, mentían. Satanás «es un mentiroso el
padre de la mentira» Gn 8: 44), y le gustaría que los cristianos sintieran
temor de tantos dones del Espíritu Santo como fuera posible.
Pero
esto no parece una explicación satisfactoria del pasaje, por varias razones:
(1) No parece probable que Pablo diría que la obra intercesora del Espíritu
Santo, que es el Dios infinito, omnipotente y omnisciente sería realizada con
«gemidos indecibles» (traducción literal de stenagmois alaletois en Romanos
8:26), especialmente cuando nos damos cuenta de que «gemidos» se refiere a
intensos suspiros de fatiga propios de criaturas desalentadas y abrumadas en un
mundo caído.
(2) Dentro del contexto más amplio los gemidos en cuestión parecen ser
aquellos debido a la carga de vivir en la malvada era presente (vea vv. 17,
18,23).
(3) El verbo «ayudar» en Romanos 8: 26 (en nuestra debilidad el Espíritu
acude a ayudamos») no se refiere a algo que el Espíritu Santo hace
independientemente de nosotros y a nuestro favor, sino más bien algo que el Espíritu
Santo hace en cooperación con nosotros.
El
verbo que Pablo utiliza aquí (sunantilambanomai) también se usa en Lucas 10:
40, donde Marta quiere que Jesús le diga a María que la «ayude» ciertamente
ella no quiere que prepare la comida en su lugar, sino más bien que venga y
participe con ella en su confección.58 Por lo tanto Pablo no habla de algo que
el Espíritu Santo hace con completa independencia de nuestra participación,
sino que el Espíritu Santo hace conjuntamente con nosotros.
Estas
razones se combinan para indicar que Pablo no habla sobre una obra que el
Espíritu Santo realiza aparte de nosotros y sin nuestro conocimiento, sino
sobre los suspiros y gemidos inarticulados que nosotros mismos proferimos en la
oración, los que entonces el Espíritu Santo convierte en intercesión efectiva
ante el trono de Dios. Podríamos parafrasear: «El Espíritu Santo acude en ayuda
de nuestras oraciones cuando intercede (por nosotros) al tomar nuestros gemidos
mudos y convertirlos en una oración efectiva»
¿Cuál
es la relación de esto y el hablar en lenguas? Ahí hay cierta similitud porque
una oración efectiva es la que oramos aun cuando no comprendamos completamente
lo que estamos orando. Pero hay algunas diferencias en el sentido de que los
suspiros y gemidos que emitimos en la oración se relacionan a menudo con
situaciones o dificultades de las que estamos muy conscientes en nuestras
mentes mientras oramos, así que sabemos sobre qué oramos.
Pero
Pablo dice que no sabemos cómo orar por estas situaciones tal cual debemos
orar. En consecuencia, el Espíritu Santo nos ayuda e intercede en estas
situaciones «conforme a la voluntad de Dios» (Ro 8: 27).
No hay
una mención explícita a nuestro espíritu orando (aun cuando de hecho eso puede
ser cierto también), ni hay una mención a nuestra mente como no fecunda o
carente de entendimiento (aunque eso puede ser en ocasiones cierto, por lo
menos en parte).
Tampoco
estos suspiros o gemidos se presentan como algo que podemos llamar «otras
lenguas» u «otros idiomas». Así que hay varias diferencias, aun cuando Romanos
8:26-27 habla sobre una intercesión que hacemos con sonidos que no comprendemos
completamente, y por lo tanto es un fenómeno que tiene algunas similitudes con
el hablar en lenguas.
NOTA: La palabra «gemidos» (stenagmos se usa en el
Nuevo Testamento solamente en Hechos 7:34, acerca de los gemidos de Israel bajo
la opresión de Egipto. Pero el verbo asociado stenaza se utiliza varias veces,
siempre en relación con criaturas finitas que gimen bajo el peso de esta
creación caída. En el contexto inmediatamente anterior stenazo se refiere a
nuestro gemir debido a que nuestra redención está incompleta (Ro 8: 23); una
palabra compuesta relacionada se usa en el v. 22 acerca de la propia creación).
El verbo también se utiliza en relación con
criaturas finitas que gimen bajo el peso de esta creación en Marcos 7: 34
(Jesús como hombre); 2ª Co 5: 2, 4 (creyentes que tienen un cuerpo terrenal
corruptible); Heb 13: 17 (líderes eclesiásticos que pueden estar tentados a
gemir bajo el peso del liderazgo de la iglesia); y Santiago 5:9 (una
advertencia a los cristianos de no quejarse unos de otros). Aunque el verbo se
utilizó una vez acerca de Jesús, quien se quejó mientras estaba bajo las
limitaciones de su existencia humana, no parece un término apropiado para
usarlo en relación con la actividad del Espíritu Santo, que no experimenta una
debilidad semejante pues nunca asumió una naturaleza humana.
Aunque la palabra no se usa en otros lugares del
Nuevo Testamento, su sentido también se transparenta por el prefijo su» (con»
que Pablo añade a una palabra de uso común para «ayuda».
Un punto de vista alternativo se halla en la útil
discusión de Douglas Moo, Romans* 1-8, pp. 559-63, quien (de forma indecisa)
entiende que los gemidos no son nuestros sino del Espíritu Santo.
F. PALABRA DE SABIDURÍA Y PALABRA DE CONOCIMIENTO PABLO ESCRIBE:
«A
unos Dios les da por el Espíritu palabra de sabiduría; a otros, por el mismo
Espíritu, palabra de conocimiento» (1ª Co 12: 8). Al comenzar esta discusión se
debe entender que estos dos dones no se mencionan en ningún otro lugar de la
Escritura: o y tampoco se ha encontrado en ninguna otra literatura cristiana
temprana fuera de la Biblia el uso de estas frases sobre algún don espiritual.
Esto
significa que la única información que tenemos sobre estos dones está contenida
en este versículo: tenemos las palabras utilizadas para describir estos dos
dones, y el contexto en que estas frases aparecen. Ningún intérprete en ninguna
otra parte tiene información adicional alguna que esta con la cual trabajar.
Esto nos advierte que nuestras conclusiones probablemente serán hasta cierto
punto tentativas en cualquier caso.
Las
más importantes alternativas para comprender estos dos dones son:
(1) Comúnmente se piensa que estos dos dones deben referirse a la capacidad
para recibir una revelación especial del Espíritu Santo y, sobre esa base,
proferir palabras que dan sabiduría en una situación determinada u ofrecen un
conocimiento específico sobre una situación en la vida de alguien presente en
la congregación. Según esta interpretación estos dones serían más «milagrosos»,
en el sentido que provocarían la admiración y el asombro entre las personas
presentes ya que no estarían basados en información ordinariamente disponible a
la persona que utiliza el don.
(2) La otra interpretación de estos dones los vería más como «menos
milagrosos» u ordinarios: la «palabra de sabiduría» simplemente significa la
capacidad de ofrecer una palabra sabia en distintas situaciones, y la «palabra
de conocimiento» es la capacidad de hablar con conocimiento acerca de una
situación.
En
ambos casos el conocimiento y la sabiduría no estarían basados en una
revelación especial dada espontáneamente por el Espíritu Santo sino basada en
sabiduría adquirida en el curso ordinario de la vida, el conocimiento y la
sabiduría que caracterizaría, por ejemplo, a los maestros de la Biblia o a los
ancianos y otros cristianos maduros en la iglesia. Estas serían potenciadas por
el Espíritu Santo y consecuentemente hechas efectivas cuando se las pronunció.
En
este sentido, ejemplos de «palabras de sabiduría» podrían hallarse en Hechos 6:
1-6 (el nombramiento de los primeros «diáconos» o asistentes de los apóstoles);
Hechos 6:1 0 (la sabiduría de Esteban al proclamar el evangelio); Hechos 15:
19-29 (la decisión del concilio de Jerusalén); y aun en la declaración de
Salomón: «Partan en dos al niño que está vivo, y denle una mitad a ésta y la
otra mitad a aquélla» (1 Reyes 3:25; vea también 1ª Co 6: 5-6).
NOTA: Por lo menos ningún otro lugar de la
Escritura llama algo una «palabra de sabiduría» o «palabra de conocimiento» o
usa esas frases de alguna otra manera.
Se
puede argüir a favor de la primera interpretación que todos los otros siete
dones relacionados en 1ª Corintios 12: 8-10 están en la categoría de
«milagrosos», y por lo tanto esos dos dones deben comprenderse de esa forma
también.
No
obstante, hay algunas consideraciones de peso contra este punto de vista:
(1) Los términos que Pablo utiliza «palabra» (logos, «sabiduría» (sophia),
y «conocimiento» (gnosis) no son vocablos especiales o técnicos, sino palabras
de uso común en el Nuevo Testamento griego. Son simplemente los vocablos que
ordinariamente se usan para «palabra» y «sabiduría» y «conocimiento».
Por
otra parte, no se utilizan por lo común para denotar acontecimientos milagrosos
(como en el caso, por ejemplo, de las palabras revelación y profecía, sino
simplemente son vocablos utilizados para designar la sabiduría y el
conocimiento humanos. Así que del significado de las propias palabras no parece
desprenderse ninguna alusión a un don milagroso.
(2) En el contexto de 1 Corintios 12:8, el propósito de Pablo en el
argumento parece inclinarse en contra de considerarlas como milagrosas. El
principal objetivo de Pablo en los versículos 8-10 es demostrar que no importa
qué tipo de don tenga una persona él o ella puede tener la seguridad que ese
don ha sido concedido por el Espíritu Santo. Pablo comienza la sección
diciendo: «A cada uno se le da una manifestación del Espíritu para el bien de
los demás», e inmediatamente continúa esta sección diciendo: «Todo esto lo hace
un mismo y único Espíritu, quien reparte a cada uno según él lo determina» (vv.
7, 11).
Pero
si el propósito de Pablo en esta sección es mostrar que todo don del cristiano
lo da el Espíritu Santo, entonces ese propósito no sería bien servido solo
dando ejemplos de dones milagrosos. Si hizo eso, aquellos con dones que no son
milagrosos se sentirían excluidos del argumento y no se les persuadiría de que
sus dones estaban incluidos en el argumento de Pablo.
Lo que
aun es más importante, aquellos con dones milagrosos podrían mirar esta lista y
concluir que solo aquellos con dones milagros tenían realmente al Espíritu
Santo obrando en su interior a fin de potenciar esos dones. Esto podría
conducir a cierto tipo de elitismo en la congregación. Por consiguiente, parece
necesario que Pablo incluyera algunos dones que no son milagrosos en su lista
de 1 Corintios 12:8-10.
¿Pero
cuáles son los dones que no son milagrosos en esta lista?
Palabra
de sabiduría
Palabra
de conocimiento
Fe
Dones
para sanar enfermos
Milagros
Profecía
Discernir
entre espíritus
Lenguas
Interpretación
de lenguas
Todos
los demás dones parecen caer en la categoría de más «milagrosos» (con las posibles
excepciones de hablar en lenguas y quizá la fe). Pero ello haría casi
imprescindible que palabra de sabiduría y palabra de conocimiento no fueran
milagrosos a fin de garantizar que haya algunos dones que no son milagrosos en
la lista.
Esto
demostraría la sabiduría pastoral de Pablo al seleccionar ejemplos de
diferentes tipos de dones que se ejercitan en la congregación existente. Así
que debe haber algunos dones que no son milagrosos en la lista; y si hay
algunos, entonces estos son muy buenos candidatos.
(3) Probablemente la consideración más decisiva es el hecho de que el Nuevo
Testamento ya tiene un término para describir la acción de recibir una
revelación especial del Espíritu Santo y comunicarla a la congregación. Pablo
llama a esto «profecía». Como discute la profecía con bastante extensión, la
describe y la regula, ahora podemos saber con claridad lo que era la profecía.
Pero
decir que estos otros dones funcionaban exactamente de la misma manera
(difiriendo quizá solo en el contenido) no parece justificado por nada en el
texto que no sea la noción preconcebida de lo que deben ser estos dones.
Por lo
tanto parecería preferible considerar estos como una modalidad «no-milagrosa»,
simplemente como la capacidad de hablar con sabiduría o con conocimiento en
distintas situaciones. Lo que mucha gente hoy llama «palabra de sabiduría» y
«palabra de conocimiento» en los círculos carismáticos, sería mejor referirse a
ello como (profecía).
G. DISTINGUIR ENTRE ESPÍRITUS Y LA GUERRA ESPIRITUAL
El don
de distinguir entre espíritus es un don que se menciona una sola vez en el
Nuevo Testamento (en la lista de 1ª Co 12: 10), pero la naturaleza de este don
lo vincula con cierto número de otros pasajes que describen la guerra
espiritual que tiene lugar entre los cristianos y los espíritus demoníacos.
Podemos definir el don de distinguir entre espíritus como sigue: Distinguir
entre espíritus es la capacidad especial de reconocer la influencia del
Espíritu Santo o de espíritus demoníacos en una persona.
En la
perspectiva de la historia de la redención, este don también ofrece un anticipo
de la era por venir en la medida que es un anticipo de la capacidad para
reconocer a Satanás y su influencia, capacidad que se nos perfeccionará en el
cielo, cuando todo lo que está encubierto o escondido será revelado y puesto a
la luz (Mt 10:26; Ap 20: 11-15).
Esta
capacidad posiblemente es más fuerte que la poseída por la mayoría de los
creyentes en el viejo pacto, donde las menciones de la actividad demoníaca son
poco frecuentes, y donde los ataques demoníacos contra el pueblo de Dios
incluían más frecuentemente ataques militares de naciones incrédulas contra el
pueblo de Israel, o abiertas tentaciones para ir y servir a deidades paganas.
NOTA: Aun si la fe y las lenguas se consideran no
milagrosas, entonces tenemos una lista que es una mezcla de dones milagrosos y
no milagrosos, y entonces no hay motivo porqué palabra de sabiduría y palabra
de conocimiento no puedan ser consideradas también no milagrosas, especialmente
sobre la base del hecho que las palabras utilizadas para describirlas no
denotan ordinariamente eventos milagrosos.
De hecho, todo lo que los modernos pentecostales y
carismáticos llaman "palabras de conocimiento» y "palabras de
sabiduría» se ajustaría exactamente a la definición de profecía dada por Pablo,
y debe ser de hecho puesto bajo la sombrilla general de profecía. Esto tendría
la notable ventaja de hacer que el uso de este don esté sujeto a las normas de
Pablo para comprender y regular la profecía en la iglesia.
¿Sobrevendría algún daño de mantener la
medianamente común práctica de considerar las palabras de sabiduría y las
palabras de conocimiento como dones milagrosos que dependen de una revelación
especial de Dios? Un peligro inmediato podría ser que, en tanto lo que
actualmente ocurre fuera llamado «profecía» por Pablo, en algunos casos se le
llama ahora como algo diferente, y esto tiende a distanciarlo de las
regulaciones que da Pablo para la profecía en el Nuevo Testamento.
Si eso
podría llevar a un uso equivocado del don en algún momento futuro es imposible
de predecir. Pero más bien sí parece ser algo anómalo tener un don milagroso
que se utiliza muy ampliamente y que solo se menciona pero nunca se discute ni
se regula en todo el Nuevo Testamento.
Por consiguiente
la actividad demoníaca se percibía fundamentalmente a través de la observación
de acontecimientos físicos exteriores y circunstancias en las que Satanás
llevaba a cabo sus propósitos, y que podían distinguirse con claridad.
Este
don del Nuevo Testamento de distinguir entre espíritus incluye la capacidad de
diferenciar la presencia de espíritus malignos de la presencia de la obra del
Espíritu Santo en la vida de una persona. Pablo sabe que antes los corintios
«se dejaban arrastrar hacia ídolos mudos» (1ª Co 12: 2), y Juan se da cuenta
asimismo que los cristianos necesitan someter los espíritus «a prueba pera ver
si es de Dios, porque han salido por el mundo muchos falsos profetas» (1ª Jn 4:
1).
Más
allá de esto, también es posible que el don incluya distinguir entre varios
tipos de espíritus malignos, tales como un espíritu de enfermedad (Lc 13: 11),
un espíritu de adivinación (Hch 16:16), un espíritu sordo y mudo (Mr 9: 15,29),
y un espíritu de engaño (1ª Jn 4: 6). Desde un punto de vista léxico y gramatical
no hay nada que nos impida entender que el don de «distinguir entre espíritus»
incluye también este tipo de capacidad.
Por
supuesto, en cierto grado la presencia de actividad demoníaca es externamente
evidente, a veces a partir de la manifestación abierta de falsas declaraciones
doctrinales (vea 1ª Co 12: 2-3; 1ª Jn 4: 1-6), ya veces mediante violentas y
extrañas acciones físicas, especialmente en presencia de la predicación
cristiana (vea Mr 1: 24; 9: 20; Mt 8: 29).
La
influencia de Satanás tiene características destructivas, y la persona
influenciada por un demonio tendrá una influencia destructiva sobre la iglesia
y otros a su alrededor, y también una influencia auto destructiva que daña la
vida del propio individuo perturbado.
Pero
además de estos indicios externos de la influencia demoníaca, probablemente hay
también una percepción más subjetiva que tiene lugar a nivel espiritual y
emocional, por medio de la cual se hace evidente la presencia de la actividad
demoníaca.
Cuando
esta está más desarrollada y es capaz de funcionar para beneficio de la iglesia
como un todo, entonces Pablo no duda en llamarla un don de distinguir entre
espíritus.
En
relación con el don de distinguir entre espíritus, la discusión de la guerra
espiritual sostenida arriba en el capítulo 20 (sobre Satanás y los demonios)
también es relevante.
NOTA: Para un muy extenso análisis gramatical y
lingüístico de esta frase, vea Wayne Grudem, (A Response to Gerhard Dautzenberg
sobre 1ª Co 12: 10), en Biblische Zeitschrift, N.F., 22: 2 (1978), pp. 253-70.
Por supuesto, ningún don es perfecto en ningún
cristiano en esta era (1ª Co 13: 9-10), y no debemos esperar que este don sea
perfecto, o que aquellos que lo poseen nunca cometan errores.
PREGUNTAS PARA APLICACIÓN PERSONAL
1. ¿Ha experimentado usted alguna vez un don de profecía tal como se
define en este capítulo? ¿Cómo lo ha llamado? Ha funcionado este don (o algo
parecido) en su iglesia? Si así fuera, ¿cuáles han sido los beneficios-y los
peligros? Si no, piensa que este don podría ser útil para su iglesia? (¿Por qué
sí o porqué no?)
2. ¿Funciona con efectividad el don de la enseñanza en su iglesia? ¿Quién
utiliza este don además del pastor o los ancianos? ¿Piensa usted que su iglesia
aprecia adecuadamente una sólida enseñanza de la Biblia? En qué áreas (si
alguna) piensa usted que su iglesia necesita crecer en su conocimiento y amor
por las enseñanzas de la Escritura?
3. ¿De los otros dones que se discuten en este capítulo, ¿ha utilizado
usted mismo alguno de ellos? ¿Hay alguno que piensa su iglesia necesita pero
que en este momento no posee? ¿Qué piensa sería lo mejor que puede hacer en
respuesta a esta necesidad?
TÉRMINOS ESPECIALES
Apóstol,
cesacionista, curar enfermos, distinguir entre espíritus, dones del Espíritu
Santo, dones milagrosos, dones no milagrosos, enseñanza, hablar en lenguas,
interpretación de lenguas, milagros, oficio, palabra de conocimiento, palabra
de sabiduría, profecía.
PASAJE BÍBLICO PARA MEMORIZAR
1ª Corintios 12: 7-11: A Cada Uno Se Le Da Una Manifestación Especial
Del Espíritu Para El Bien De Los Demás. A Unos Dios Les Da Por El Espíritu
Palabra De Sabiduría; A Otros, Por El Mismo Espíritu, Palabra De Conocimiento;
A Otros, Fe Por Medio Del Mismo Espíritu; A Otros, Y Por Ese Mismo Espíritu,
Dones Para Sanar Enfermos; A Otros, Poderes Milagrosos; A Otros Profecía; A
Otros, El Discernir Espíritus; A Otros, El Hablar En Lenguas; Y A Otros, El
Interpretar Lenguas. Todo Esto Lo Hace Un Mismo Y Único Espíritu, Quien Reparte
A Cada Uno Según Él Lo Determina.